El reciente caso de un escolar boliviano que venció a universitarios expone una falla estructural: reglas que limitan por componentes y crean una cultura del “reto disminuido”, frenando la verdadera innovación.
El triunfo de Yulin Jorge Wang, un escolar boliviano de 17 años, con su robot velocista “Velocitech” sobre 17 competidores —en su mayoría universitarios y profesionales— no es una anécdota, es un diagnóstico. Este evento, lejos de ser un caso aislado, es el síntoma más claro de una enfermedad profunda en nuestro ecosistema de innovación: la cultura del “reto disminuido”. Mientras el talento en los colegios avanza a un ritmo acelerado, la formación superior y, críticamente, las competencias regionales, fomentan una mentalidad que confunde la participación con la excelencia.
El problema no es solo un currículo universitario que no se actualiza. Es la estructura misma de muchos concursos que, como veremos, premia la mediocridad y limita activamente la ambición. Esta brecha se refleja en informes de organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que señalan una persistente falta de habilidades de resolución de problemas complejos y autosuficiencia en los profesionales de la región.
El Falso Atajo: Cómo las Reglas por Componentes Asfixian la Creatividad
El corazón del problema reside en las bases de muchas competencias locales en Latinoamérica. A diferencia de los estándares internacionales donde la ambición no tiene límites, en la región es común encontrar clasificaciones que se basan en los tipos de componentes a utilizar, creando un falso camino de progreso.
Esta práctica, aunque quizás bien intencionada, es perjudicial para el desarrollo del talento. Por ejemplo, en las bases de algunos torneos se pueden observar las siguientes limitaciones:
Categorías por tipo de control: Se presenta una categoría “MiniSumo RC/Bluetooth” junto a una “MiniSumo Autónomo”. Al ofrecer una vía de competencia por control remoto, se le permite al participante eludir el desafío más crucial y formativo: programar la autonomía, la inteligencia y la capacidad de reacción del robot. En lugar de establecer la autonomía como el estándar a alcanzar, se ofrece una salida que reduce el 90% del reto de ingeniería de software.
Restricciones de componentes para niveles “Amateur”: Es frecuente que en categorías de entrada, como las de seguidor de línea o sumo, se restrinja a los competidores al uso de componentes específicos y comerciales. Esto encasilla la creatividad y enseña que la solución no está en el ingenio, sino en la compra de piezas predeterminadas.
En el escenario global, reducir componentes no significa bajar la complejidad, sino optimizar tamaño y peso ¡manteniendo la misma complejidad! Es un desafío de ingeniería superior. Nuestro enfoque regional, en cambio, enseña a los jóvenes que la meta es “subir de categoría” en lugar de innovar sin límites.
Así, mientras algunos justifican diciendo “es que recién empieza, por eso es amateur”, en otros países el enfoque es “como recién empieza, entonces los que más saben le ayudan a que bajo un cronograma se equipare a la categoría normal”. Este último es un modelo de mentoría que acelera el crecimiento; el nuestro, un modelo de complacencia que lo frena.
¿No sería injusto que compitan robots básicos contra avanzados? Por eso “existen” categorías separadas.
“Es una perspectiva comprensible y aborda una preocupación genuina sobre la equidad. Sin embargo, este enfoque, aunque parece justo a primera vista, confunde ‘igualdad de oportunidades para ganar un trofeo’ con ‘igualdad de oportunidades para crecer y alcanzar la excelencia’. El verdadero problema es cómo definimos la ‘justicia’ en un contexto educativo y de innovación.
Aquí exponemos por qué una competencia con un estándar unificado, lejos de ser injusta, es en realidad el modelo más formador y equitativo a largo plazo:”
1. Se Cambia la Mentalidad: De la Limitación a la Aspiración.
Mentalidad de Categorías Separadas: “Mi robot es básico, por lo tanto, necesito una categoría que se ajuste a mis limitaciones para poder competir.” Esto crea un techo artificial. El estudiante no aspira a más porque el sistema le ha dado un espacio cómodo donde no necesita hacerlo.
Mentalidad de Estándar Unificado: “Mi robot es básico, por lo tanto, ¿qué debo aprender e ingeniar para que pueda enfrentarse al mejor?” Esto fomenta la ambición, la investigación y la superación. Obliga al competidor a preguntarse “¿cómo lo mejoro?” en lugar de “¿dónde encajo?”.
2. El Ingenio Supera a los Recursos: La Verdadera Esencia de la Ingeniería.
La premisa de que “el robot más caro siempre gana” es un mito que subestima el poder del ingenio. Una competencia unificada es el escenario perfecto para demostrarlo:
Un robot construido con componentes básicos pero con un algoritmo de programación brillante puede superar a un robot caro con una programación deficiente.
Una estrategia de competencia inteligente puede vencer a la fuerza bruta.
Un diseño mecánico robusto y eficiente, hecho con materiales accesibles, puede ser más efectivo que uno complejo y frágil.
Al eliminar las barreras de componentes, se premia la calidad del ingeniero, no la capacidad de su billetera. Es la lección más valiosa que un futuro profesional puede aprender.
3. Fomenta una Cultura de Mentoría y Colaboración.
En un entorno con un único y alto estándar, los equipos más avanzados se convierten en el benchmark (punto de referencia). Esto crea una dinámica increíblemente positiva:
Los equipos novatos aprenden de los veteranos: Se acercan, preguntan, analizan sus diseños y aprenden qué necesitan para llegar a ese nivel el próximo año.
Se eleva el nivel de toda la comunidad: Los equipos avanzados, al ser el referente, inspiran a todos los demás a mejorar. La marea alta levanta a todos los barcos.
En lugar de aislar a los principiantes en una burbuja, se les integra a un ecosistema donde el conocimiento fluye.
El mundo real no ofrece una “categoría amateur”. Cuando un ingeniero se enfrenta a un problema en la industria, tiene que resolverlo. Solo existe un estándar: el que funciona.
El Peligro de la Mediocridad: Cuando “Ganar” es un Fin, no una Consecuencia
Los desafíos nos hacen crecer. Superar esa valla es lo que te permite aprender.
Cuando se disminuye el nivel de un reto para que más participantes “sientan la satisfacción de ganar”, se inyecta el veneno de la mediocridad en el ecosistema. Se forma una generación de concursantes que, sabiendo que la exigencia es baja, esperan hasta el último momento. El resultado es el triste espectáculo recurrente en las competencias: estudiantes tratando de ensamblar o reparar robots que, a todas luces, nunca funcionaron de manera consistente.
Este enfoque choca frontalmente con el estándar de la élite mundial. Un ejemplo paradigmático es la RoboCup. Para poder participar, los equipos deben enviar con meses, a veces hasta con un año de anticipación, evidencias contundentes (videos, reportes técnicos, artículos científicos) de que su proyecto es funcional y cumple con los exigentes requisitos.
Ese filtro es brutal, pero increíblemente efectivo. Elimina a los improvisados y obliga a los equipos a tomarse el proyecto con la seriedad de un desarrollo profesional. Fomenta la planificación a largo plazo, la gestión de proyectos y la disciplina. Cuando un equipo se enfrenta a un evento que no acepta excusas de último momento, la única opción es la excelencia.
“Queremos que los principiantes sientan la experiencia de competir y ganar con las categorías amateur”:
Imagina el curso más difícil de tu universidad, ese que es un verdadero filtro y te obliga a esforzarte al máximo.
Ahora, imagina que un grupo de estudiantes desaprobados le pide al profesor lo siguiente: “Para poder sentir la experiencia de aprobar, por favor, cree un examen ‘categoría amateur’ para nosotros, con preguntas más sencillas que las del examen real”.
¿Qué pensarías de esa propuesta?
La respuesta es obvia. Sabríamos al instante que eso no es formar profesionales, sino fomentar la mediocridad. Destruiría por completo el valor del curso, eliminaría el sentido del reto y, peor aún, permitiría que estudiantes sin una buena base avancen en su carrera. Se estaría cambiando el aprendizaje real por una falsa y momentánea sensación de logro.
Entonces, la pregunta final es: Si esa lógica nos parece inaceptable en un aula, ¿por qué la defendemos en una competencia de robótica que se supone debe formar a los futuros ingenieros de nuestra región?
Conclusión: La Urgencia de Elevar la Valla
Si un escolar de 17 años, como Yulin Jorge Wang, con recursos propios y la motivación correcta, puede superar a estudiantes universitarios cuyo propósito debería ser estar en la frontera del conocimiento, la falla es sistémica y profunda. La robótica y la programación llevan décadas de ventaja en el mundo. El reto es mejorar y optimizar, y eso requiere un nivel de ambición que nuestro actual sistema de competencias a menudo desincentiva.
Desde Roboticslab.pe, creemos que el talento en Perú y Latinoamérica es innegable. Lo que debe cambiar urgentemente es el ecosistema que lo forma. Necesitamos adoptar bases internacionales top en el mundo y si adaptamos esas bases debe ser desde un enfoque crítico, profesional y pedagógico, unificar los desafíos para forzar la creatividad. Necesitamos menos complacencia y una mayor valoración del reto como la principal herramienta pedagógica.
La pregunta final no es “¿por qué nos ganan los escolares?”, sino “¿qué estamos haciendo en las universidades y en la organización de competencias para estar a la altura?”. La respuesta empieza por dejar de bajar la valla y empezar a entrenar para saltarla más alto. Todos podemos mejorar, y empieza por entender la verdadera naturaleza del problema.
Solución para una Competencia de Robótica que Fomente el Talento Real
Entendemos la preocupación de que un solo desafío pueda parecer injusto. Esta tabla muestra cómo un nuevo enfoque, en realidad, crea más oportunidades para todos.
Aspecto Clave
Modelo Actual (El Problema)
Modelo Propuesto (La Solución)
Las Categorías
Se crean divisiones como “Amateur”, “Junior” o por tipo de control (RC vs. Autónomo).
Un Desafío Único y Estándar. Todos compiten bajo las mismas reglas y con el mismo objetivo final.
¿Cuál es el objetivo del competidor?
“Gano una medalla en mi categoría fácil”. El estudiante busca la división donde sus limitaciones le permitan ganar, no superarlas.
“¿Cómo hago para alcanzar y superar a los mejores?”. El estudiante se enfoca en aprender e innovar para resolver un reto real.
¿Qué pasa con el que tiene un robot “básico”?
Queda aislado en su categoría “segura”. No ve de cerca lo que hacen los avanzados, por lo que su aprendizaje se estanca.
Aprende directamente de los mejores. Al competir en la misma pista, puede analizar las estrategias y diseños ganadores y preguntarse: “¿Qué necesito aprender para hacer eso el próximo año?”. Su crecimiento se acelera.
¿Quién gana?
A menudo, el que compra los componentes permitidos para esa categoría fácil. Se premia el cumplimiento de la regla.
Gana el más ingenioso. Un robot con programación brillante o un diseño creativo puede vencer a uno más caro. Se premia la calidad de la ingeniería.
El Resultado Final (Aprendizaje)
Se crean “campeones de burbuja” que no están preparados para un desafío real o una competencia internacional.
Se forjan ingenieros resilientes, creativos y preparados para el mundo profesional, donde no hay categorías “amateur”.
Nuestra Propuesta para ser Justos con los Novatos
Darles un trofeo en una categoría de bajo nivel.
Crear “Premios a la Revelación” o “Mejor Ingenio con Pocos Recursos” dentro del desafío único. Así se reconoce el mérito y el esfuerzo sin necesidad de bajar el nivel de la competencia.
Desde Roboticslab, promovemos la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i) en robótica bajo un estándar internacional. Nuestro objetivo es cerrar la brecha tecnológica, y para ello, el primer paso es un diagnóstico honesto. Por eso, compartimos esta reflexión como un llamado a la acción para toda la comunidad: solo asumiendo desafíos reales y fomentando una mentalidad de excelencia global podremos formar a los profesionales que llevarán a nuestra región a la vanguardia de la tecnología.
Referencias:
RoboCup Federation. (s.f.). Official Website and Rules. (Referencia general a las normativas de alta exigencia de la competencia).
Deber, E. (2024). Estudiante de colegio sorprende y vence a universitarios en concurso de robótica. El Deber.
Agencia Peruana de Noticias Andina. (2024). Escolares de Arequipa representan a Perú en competencia mundial de robótica de Atenas.
Banco Interamericano de Desarrollo (BID). (s.f.). Identificación, causas y consecuencias de la brecha de habilidades en Perú.
Banco Mundial. (2025). La paradoja de la innovación en América Latina: entre el crecimiento tímido y el potencial desbordante.
Análisis de bases y reglamentos de diversas competencias de robótica en la región latinoamericana.
RoboticsLab es una división de NFM Robotics dedicada a iniciativas de responsabilidad social sin fines de lucro, así como a la investigación, desarrollo e innovación en el área de la Robótica.